La respiración ayuda a tu sistema inmunitario

02, diciembre, 2013 / Bienestar / Sin comentarios

Cuando estás nervioso te aconsejan respirar a fondo. ¿Saber por qué? Hoy hablamos sobre los beneficios de la respiración. ¡Vamos allá!

Respirar no sólo es una actividad esencial que permite la entrada de oxígeno al cuerpo y la salida de dióxido de carbono. Gracias a la respiración podemos tener energía y logramos llevar a cabo nuestra alimentación y nuestra vida diaria de una manera saludable. Hoy nos adelantamos un paso más.

EmmaBarthe, psicóloga especialista en bioinformación, afirma que podemos fortalecer nosotros mismos el sistema inmunitario con algunas prácticas. La respiración diafragmática es una, y potentísima! ¿Sabías que rebaja súbitamente la frecuencia eléctrica de tu cerebro en varios hertzios? Es sanísimimo porque nos sosiega, y así dejamos de producir endorfinas que estresan y lesionan nuestro sistema inmunitario. Nos anima a practicar este tipo de respiración para equilibrar todas nuestras variables fisiológica y nuestras emociones. ¡Es pura salud!

¿Cómo podemos hacerlo?

La experta lo llama: 6-3-9 y da unas pequeñas instrucciones. «Siéntate y cierra los ojos. Coloca una mano sobre el vientre, para notar cómo el aire entra y sale. Y ahora, inspira aire por la nariz durante seis segundos, dirigiéndolo al vientre. Nota cómo tu mano sube y retén el aire durante tres segundos. Y ahora espíralo por la boca durante nueve segundos y deja pasar tres segundos sin aire. Y vuelve a inspirar aire, profunda y lentamente, durante seis segundos». Nos aconseja que repitamos el ejercicio cada día durante diez minutos y asegura que ¡reforzarás tu sistema inmunitario!

La respiración, además, es la base de la meditación. La meditación es la práctica de un estado de atención concentrada, sobre la propia consciencia o el propio estado de concentración. Es beneficiosa para relajar la mente.

Es recomendable practicarla cada día a la misma hora para crear una rutina. Jenny Moix, en su libro «Cara a cara con el dolor», apunta algunas pinceladas de cómo aprender  a relajarnos.

En primer lugar debemos estar cómodos, tumbados en el suelo boca arriba, con las piernas  y los brazos ligeramente separados del cuerpo; si esta postura duele, entonces es mejor sentarse en una silla o en el sofá. Cerramos los ojos, colocamos una mano en el abdomen y otra en el pecho y nos concentramos en la respiración; intentaremos llenar de aire la barriga. Repetiremos las respiraciones un buen rato, inhalando por la nariz, exhalando por la boca.

A continuación, iremos prestando atención a cada parte de nuestro cuerpo, contrayéndolas y luego relajándolas. Por ejemplo, apretando fuerte el puño unos segundos y luego, soltando. Es importante que mientras realizamos este ejercicio vayamos repitiéndonos mentalmente: “Me relajo, me siento descansado, calmado”. Se trata de recorrer todo el cuerpo, tensando y destensando.

Y, para acabar, podemos hacer unas visualizaciones, imaginarnos en algún paraje que nos guste, como un paisaje exótico o una isla desierta y recrearnos con los detalles. Está visto que las visualizaciones de este tipo generan ondas alfa de satisfacción en el cerebro, muy útiles para mantener a raya el dolor. 

¿Practicas los beneficios de la respiración?Respirar

 

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